Qué precioso es el mar, ¿no creeis?
Pensaba en dejar esta entrada sólo con la fotografía que veis. La ha hecho mi Urusebito esta mañana cuando paseábamos los cuatro por la playa.
Una imagen vale más que mil palabras.
De siempre me ha encantado el mar. Quizás me llamo Maria del Mar por ello, o quizás me guste el mar por mi nombre. Quien sabe. Pero el caso es que el mar siempre ha tenido una fuerte influencia sobre mí.
Su olor. El rumor de las olas. Su color. El brillo de la luz sobre él.
Me resulta más relajante que cualquier posible terapia y siempre me recarga de energía.
La naturaleza no dejará nunca de sorprenderme y fascinarme.
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