Martin ya tiene 5 años

El Martes hizo 5 años de aquel momento tan especial en el que vi a Martín por primera vez. Cuando nació empezó a llorar y sólo dejó de hacerlo cuando le acercaron su carita a la mía. Me pareció el ser más precioso que había mirado en el mundo y ya desde ese momento me miró con esa mirada tan inteligente y dulce que tiene.

Hoy hemos hecho una fiesta con sus amiguitos. Se lo ha pasado en grande y nosotros con él. Han tirado serpentinas, confetis, globos. Se han reído, han saltado, han gritado. Creo que se lo ha pasado en grande. Bueno y Matías con él :) Han disfrutado de lo lindo.

Su papi y yo estamos agotados. Entre los preparativos pre-fiesta, el aguanta niños durante-fiesta y la limpieza post-fiesta, no damos ya para mucho más. Pero es ese tipo de cansancio feliz que produce cualquier cosa que haces con placer.

He hecho dos tartas. Una de chocolate, especialmente para Martín, que le vuelve loco. Le he tenido que decir que dejara de comer tarta por miedo a que se empachara. Ya sé quien se comerá lo que ha sobrado mañana.
La otra tarta era de natilla, especialmente dedicada al mejor amigo de Martín. Es que ayer cuando le dije que iba a hacerle una tarta de chocolate para su cumpleaños, después de relamerse me dijo muy preocupado que su mejor amigo, Hugo, no puede comer chocolate porque después vomita. Así que hice una tarta alternativa para los no chocolateros.

Las fotos de las tartas no son muy buenas, porque como diría mi abuela "no se puede estar en misa y repicando". Pero de todas formas os pondré las recetas porque os recomiendo las dos. Quedan muy ricas y son fáciles de hacer.

En fin, me voy a dormir.