La visita estuvo bien. No había mucha gente y así podía hacerse la visita de forma más tranquila y pudiéndonos detener en cada experimento que nos llamase la atención.
Siempre que voy a este museo me decepciona el vandalismo de la gente. Un museo donde pueden tocarse las cosas, donde los nenes pueden descubrir experimentando y probando y no hay vez que vayamos y no haya algo roto. Mucha gente va y sin leer ni ver de qué va simplemente aporrea los botones para ver si aquello hace algo y rápidamente pasa a otra cosa para volver a aporrearla. Lástima.
Nuestro nene se lo pasó en grande. Hubo muchas cosas que le llamaron la atención y lo miraba todo con sus ojitos bien abiertos, escuchando todo lo que le explicaba su padre mientras.
Sea como fuese, es un museo al que recomiendo ir a todo el que pueda. Nunca de allí te irás sin saber una cosa más :)
No hay comentarios:
Publicar un comentario