Esta mañana mientras trasteaba por la casa, oigo a mi hijo en su habitación:
- Puñetas!
Y le pregunto:
- Qué dices, pochito?
- Puñetas qué persiana tan bonita! puñetas que coche! puñetas y muchas puñetas! - sigue diciendo.
Y le digo:
- De donde has sacado esa palabra?
- De nadie. Mira mami: puñetas! qué persiana tan grande!
Y le digo:
- Cariño, esa palabra es fea y además se suele decir cuando un señor , que ya es grande, está enfadado. No se dice cuando se habla de cosas bonitas.
- No soy grande , mami?
- Bueno, eres un nene ya bastante grande (eso lo dice mucho desde que estoy embarazada, y claro, sí, él va a ser el grande ), pero aún no eres un señor. Y los nenes tienen que decir palabras bonitas y puñetas no lo es. Serás un señor cuando ya tengas barba.
Se queda pensativo y me dice:
- Ah! Vale. Entonces mi lagarto (un muñeco que tiene) es un señor y dice puñetas!
Y se ha ido tan ancho con el lagarto en la mano y él poniendo voz de lagarto diciendo puñetas.
Me encanta la naturalidad de los niños. Me encantaría que pudiésemos ser siempre así.
Alguien dijo que en cada casa tendría que haber un niño y creo que mucha gente sería más feliz si así fuese.
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